Hago lo que puedo!

Me doy cuenta de que siempre envidiamos a alguien, siempre queremos más! ¿Por qué no nos contentamos nunca con lo que tenemos?
No es que no estemos contentos o que no lo apreciemos, el problema es que nuestra cabeza pide siempre una dosis de preocupación. No me preguntes por qué, sé que va en contra de lo que queremos, pero si no nos preocupa no saber qué camino elegir, nos preocupará el euribor o el color de nuestras zapatillas... Vamos, que siempre hay alguna cosa. Cuando empiezan las vacaciones ya nos estamos preocupando porque queda menos para que se acaben... Así somos.
De esto nos damos cuenta cuando perdemos algo importante. ¡Siempre pensamos que seríamos infinitamente felices si lo recuperásemos! Supongo que incluso cuando empeoramos nuestra situación, nos queda algo bueno: apreciamos realmente lo que hemos conseguido... y después perdido. Espero que cuando lo volvamos a recuperar nos acordemos de lo mucho que lo hemos deseado cuando estaba lejos. En fin, las personas hacemos lo que podemos.